MI MADRE Y EL ALZHEIMER
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Es medianoche, mami no se siente bien, hay algunos puntitos de sangre en su nariz, es una señal que algo no anda bien, nos preparamos y estamos rumbo al hospital. Una vez admitida, le hacen los primeros exámenes y estamos a la espera de los resultados. Mientras los minutos pasan, la observo, tiene la mirada confundida, no sabe lo que pasa, me mira, quisiera ella decir tantas cosas pero el tiempo le gano, ya no hay más ese chance.
Mi madre es hija única, cuando muy pequeña sufrió la separación de sus padres e inmediatamente fue internada en un colegio para señoritas, tradiciones de las familias de aquellos tiempos, prácticamente el padre la abandono. Creció con la rigurosidad de la escuela, sumándose a ello el carácter fuerte y dominador de mi abuela. Pasado los años y ya terminada la escuela, fue a parar a otro internado, lugar donde se recibió de enfermera, profesión que la ejercería por el resto de su vida.
Cuando sale al mundo, después de haber estado largos años en estos internados, es capturada prácticamente por un apuesto galán que con el tiempo se convertiría en mi padre. Su mundo prácticamente fue el internado, los estudios, el matrimonio y el trabajo. Mi madre no conoció las caricias de la vida, ya sea en sus versiones de amor, fantasía o maldad, su mundo se limitó a lo dispuesto por su madre y lo que mandaba las tradiciones de las familias de aquellos tiempos. Cuando niña recuerdo haber conocido a mi abuelo, el padre que abandono a mi madre, muy odiado por mi abuela, pero la generosidad de hija pudo más con ella, a escondidas se encargaba de mi abuelo, posteriormente desapareció y nunca más supimos de él.
Ya en el matrimonio puso en práctica lo aprendido en la vida, que se limitaba a los conocimientos de la escuela y el ejemplo de su madre, pasando por las mismas consecuencias con los hijos y la posterior separación de mi padre. Mi madre y abuela siempre tuvieron una relación tormentosa, quizás un tanto por los reclamos de hija y la frustración de mi abuela de no tener más dominio sobre mi madre, pero ella como hija siempre estuvo pendiente de mi abuela hasta sus últimos días. Algo que nunca se perdonó mi madre fue, el no haber estado en la muerte de mi abuela, una historia que algún día lo contare.
Pueden estos argumentos haber hecho la mujer tan dura que fue posteriormente con sus hijos?... Podemos tener los hijos alguna culpa de los antepasados de nuestros padres? …Quien puede juzgarlos, como podemos reclamarles nuestro destino?.
La miro ahora, se la ve tan indefensa, cada momento me confunde con su madre, trato de conversar con ella y pedirle algunos consejos, hemos llorado juntas, ciento sus caricias por momentos, pero el tiempo es implacable y sé que nada volverá para atrás. Hay tantas cosas que quedaran pendientes en nuestras vidas, sé que ambas trataremos de enmendarlas, yo desde aquí y ella desde lo más lejano que está ahora.
Salimos del hospital, afuera está lloviendo, mientras esperamos el auto, ella coge mi mano y la aprieta fuertemente con el suyo, creo que hoy me escucho y me entendió. Que feliz me hacen estos cortos momentos, sabiendo que la tengo de regreso, es mi madre, la que me tiene solo a mí.